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POEMA 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

La IsLa De LoS sEnTiMiEnToS


Había una vez, una isla donde habitaban todos los sentimientos: La ALEGRIA, la TRISTEZA y muchos más, incluyendo el AMOR. Un día se les avisó a los moradores de la isla, que ésta se iba a hundir: De inmediato todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla, abordaron sus barcos y empezaron a zarpar. Todos menos el AMOR, que decidió quedarse un rato más en la isla que tanto amaba, antes de que se hundiera para siempre.

Cuando la isla estaba a punto de hundirse por completo y el AMOR se empezaba a ahogar, comenzó a pedir ayuda. En eso pasó la RIQUEZA en su barco y el AMOR le dijo: -RIQUEZA, ¡llévame contigo!, -No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco y no tengo espacio para ti, le contestó. Después le pidió ayuda a la VANIDAD, que estaba pasando en ese momento por delante: -VANIDAD, por favor ¡ayúdame!, le dijo -No te puedo ayudar, AMOR..., estás todo mojado y vas a arruinar mi barco, le contestó. Entonces el AMOR le pidió ayuda a la TRISTEZA -TRISTEZA. ¿Me dejas ir contigo? -Ay, AMOR, estoy tan triste que prefiero ir solita. También pasó la ALEGRIA, pero ella estaba tan alegre que ni siquiera escuchó al AMOR llamar. Desesperado, el AMOR comenzó a llorar. Entonces fue cuando una voz le llamó: -Ven AMOR, yo te llevo. Era un viejito muy amable. El AMOR estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre. Al llegar a tierra firme el AMOR le preguntó a la SABIDURIA -SABIDURIA, ¿quién era el viejito que me trajo hasta aquí? -Era el TIEMPO. -¿El TIEMPO? ¿Y por qué sólo el tiempo me quiso traer? La SABIDURIA respondió: -Porque sólo el TIEMPO es capaz de ayudar y entender a un GRAN AMOR"

hada

hada

viernes, 16 de abril de 2010

RECUERDOS

Hay cosas que repito y repito hasta que se que es verdad lo que afirmo. Una de ellas es no vivir de recuerdos. Tal vez diran que es fácil pero todos fallamos, lamentablemente vivimos demasiado tiempo en el ayer. Recordando la primera vez que nos amaron, intentando descifrar en que momentos nos convertimos en lo que somos y porque tomamos los caminos erróneos.

No podemos hacer de nuestra existencia solo un baúl de recuerdos que poco a poco se vuelven ficticios y desaparecen como siguiendo al tiempo que los creo. No digo desecharlos, muchos son realmente hermosos o por lo menos útiles y nos ayudan a comprender y ser feliz en nuestro mundo. Pero otros son meras ilusiones que no merecen atención, que nos roban felicidad y nos hacen añorar y sentir melancolía. Como añorar un amor que se perdió, una oportunidad perdida, lamentar una caída pasada a la cual le sumamos importancia con el tiempo, convirtiéndola en la razón de nuestra tristeza.

"vivir bien el presente" es estar en paz con nuestro futuro. Si vivimos de recuerdos, no construimos un futuro en el que querramos seguir, somos fatalistas del presente vivimos perpetuando nuestra agonía hasta culpar a nuestros recuerdos de ficción por nuestro fracaso real.

Si vivimos de recuerdos nada mejora, porque el presente es demasiado triste para ver un futuro.

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